Uno de los lugares más emblemáticos y característicos de la ciudad de Canterbury es la conocida como Westgate o Westgate Tower. La puerta Oeste se encuentra en el extremo occidental de la calle principal St. Peter's Street y es una de las puertas de entrada medieval que aún se conservan en Inglaterra. Construida al lado del río Stour, forma parte y es la última superviviente de las 7 puertas medievales que se construyeron en Canterbury.
Historia de la Puerta Oeste
La ciudad de Canterbury construyó sus murallas alrededor del año 300 d. C. Considerada como una de las puertas más importante de la ciudad, la Puerta Oeste fue construida por el arzobispo de Simon Sudbury, antes de morir en la Revuelta Campesina de 1379, para reemplazar una puerta romana que se había construido anteriormente entre los muros de la ciudad.
La Puerta Oeste se conoce principalmente como la puerta de entrada a la ciudad y da paso, principalmente, a aquellos peregrinos que tienen la intención de visitar el santuario de Santo Tomás Becket en la Catedral de Canterbury. La puerta mide 18 metros de altura y su contrucción finalizó en el año 1380.
Gracias a su fortaleza y aspecto imponente, y a que la puerta estaba conectada por una pasarela a una estación de policía cercana, la Westgate Tower sirvió como cárcel de la ciudad desde el siglo XV hasta el siglo XIX, mientras que el Castillo de Canterbury era la cárcel del condado de Kent. En aquella época, la pena capital por excelencia era, principalmente, la horca.
El museo de la Westgate Tower
Actualmente se puede visitar, en el piso superior de la puerta de entrada, un pequeño museo dedicado a todos aquellos defensores de Canterbury de la época. Éste museo es conocido como West Gate Towers Museum. Si te interesa la historia medieval ¡no dudes en visitarlo! Allí encontrarás la armadura y las armas utilizadas por aquellos que defendieron la ciudad desde la época medieval hasta la Segunda Guerra Mundial; podrás ver las antiguas celdas y las células de la estación de policía construida en el año 1907. Los más pequeños, además, tendrán el privilegio de vestirse con una réplica de armadura.
Aparte de su fascinante historia, el museo te ofrecerá una las mejores vistas de la ciudad de Canterbury y si te acercas al jardín situado cerca de la torre, podrás tomar un barco y dar un relajante paseo por el río Stour.