El puente colgante de Clifton es uno de los monumentos más conocidos de Bristol. Cientos de visitantes acuden cada año para pasear sobre él y disfrutar de unas estupendas vistas de la ciudad y de la campiña inglesa.
Historia del Puente de Clifton
El puente de Clifton se construyó a mediados del siglo XVII para conectar la ciudad, pero no fue hasta mediados del XIX cuando se terminó, debido a las complicaciones que hubo durante su construcción. El puente hizo posible conectar las dos partes de la ciudad, ya que los habitantes necesitaban llegar de una parte a otra de la ciudad sin tener que bordear el valle que rodea a la ciudad inglesa.
Los habitantes de Bristol se sienten muy orgullosos de su puente. Es su seña de identidad y su monumento más representativo, es por ello que no permiten que todo el mundo acceda a su amado monumento. De hecho, los coches tienen que pagar un peaje si quieren cruzar el puente, al igual que los ciclistas y motoristas. Pero tranquilos, si deseamos cruzar el puente andando, nos saldrá completamente gratis.
Inglaterra tiene muchos puentes, pero este sin duda es el más impactante, debido a su magnitud y altura. Los habitantes de Bristol se identifican con su puente allá donde vayan, sintiéndose orgullosos de su puente, es por ello que no podemos dejar pasar la oportunidad de ver este emblemático edificio, además de disfrutar de las excelentes vistas de toda la ciudad.