La Piedra de Scone o, como también se la conoce "piedra del destino", en el Castillo de Edimburgo, es la roca en la que se coronaban los reyes de Escocia y, hoy los del de Reino Unido. Por ello, si tienes intención de visitar el castillo de Edimburgo, no puedes dejar de pasar por este histórico lugar, Es un símbolo muy importante para Edimburgo y para todo el país.
La Piedra de Scone fue robada por Eduardo I, rey de Inglaterra, y estuvo en la Abadía de Westminster de Londres durante 6 siglos. En 1996 la Piedra del Destino volvió por fin a Edimburgo pero con la condición de que pudiera estar en Londres en la coronación de los reyes de Reino Unido.
Historia de la Piedra de Scone
La historia de la Piedra del Destino remonta sus orígenes hasta el libro del Génesis de la Biblia cuando Jacob tuvo un sueño recostando la cabeza sobre una piedra. Fue allí donde se le apareció Dios y le habló de su descendencia. Este es el motivo por el cual a la Piedra del Destino también se la conoce como la Piedra de la Dormición o Piedra de Jacob.
Cuenta la leyenda que en el lugar del sueño de Jacob se construyó un templo utilizando la piedra en una columna. Mucho tiempo después, la llamada Piedra del Destino fue robada por los egipcios y fue trasladada a Egipto, donde Scota, la hija de un faraón, la trasladó a Escocia. Cuenta así la leyenda que Scota fue la fundadora del pueblo escocés y dio nombre a la nación: Scotland.
La magia de la historia de la Piedra del Destino despierta con Jacob, nos traslada a Egipto y Jerusalén, incluso a Galicia (Brigantium) y a Irlanda.
Uno de los tantos paraderos de esta piedra fue el Monasterio de Scone y por eso recibe el nombre de La Piedra de Scone.
Esta no es la única historia que encierra la Piedra del Destino y el misticismo parece que no tiene final, por eso es una de las visitas más importantes en el Castillo de Edimburgo.