La Abadía de San Agustín, una de las abadías y monasterios más antiguos del país, se encuentra en el corazón de la ciudad de Canterbury, en el condado de Kent, situado al sur de Inglaterra. Si decides visitarla podrás contemplar la belleza de la arquitectura y podrás sentir la importancia del lugar y su historia.
Historia de la Abadía de San Agustín
Éste monasterio fue fundado en el año 598 por el primer arzobispo de la catedral, San Agustín de Canterbury, el cual llegó al Reino Unido de la mano del Papa Gregorio Magno en el año 597.
Cuenta la historia que, a finales del año 597, el arzobispo San Agustín bautizó al Rey Elthelbert, quien reinó en el condado de Kent desde el año 580 hasta el día de su muerte, el 24 de febrero de 616.
Durante los dos siglos posteriores a su fundación, la abadía de San Agustín fue la única casa religiosa importante en el reino de Kent. Con el paso del tiempo, la abadía de San Agustín se extendió dando pasos a una extensa biblioteca que incluía las participaciones tanto religiosas como las seculares.
El Rey Enrique VIII, proclamado Rey de Inglaterra desde el 22 de abril de 1509 hasta su muerte el 28 de enero de 1547, causó la ruptura con la Iglesia católica romana y suprimió todos los monasterios del país, incluyendo la Abadía de San Agustín. Después de ser desmantelada, y a partir del año 1848, la abadía pasó a utilizarse como fines educativos.
Construcción de la Abadía de San Agustín
Originalmente, la abadía de San Agustín estaba compuesta por cuatro capillas divididas por una línea que iba de este a oeste del monasterio. La iglesia y parte principal del monasterio está especialmente dedicado a los apóstoles San Pablo y San Pedro y fue acabada en el año 613. La abadía está compuesta, también, por una capilla central dedicada a Santa María y otra capilla secundaria dedicada a San Pancracio.
Reconocido como centro de misioneros durante los primeros tiempos, la Abadía de San Agustín se convirtió con el paso del tiempo en un importante centro educativo y cultural.
Las ruinas de la abadía son, actualmente, de gran valor histórico ya que en ellas se encuentran los restos del arzobispo San Agustín y de los reyes de Kent. Es por este motivo que la abadía de San Agustín pasó a ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1988.